La intensidad electoral del Primero de Mayo

Arturo Soto Munguia /    2024-05-02
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Todas las expresiones del sindicalismo hermosillense salieron ayer, como cada Primero de Mayo a dejar constancia de sus lealtades y discrepancias; de sus demandas irresueltas y de sus negociaciones satisfactorias aunque nunca suficientemente.

 

Por millares, tomaron la calle desde la Plaza Emiliana de Zubeldía y marcharon rumbo al sur por el bulevar Rodríguez, con la tradicional parada en el templete donde las autoridades aguantaron a pie firme tanto los aplausos como los reclamos, algunos airados y hasta rayanos en la grosería, como los del STEUS, el sindicato de trabajadores y empleados universitarios que ya cumple 16 días en huelga “Queremos más pinche aumento”, le gritaron al gobernador.

 

En su momento, el mandatario subrayó la necesidad de mantenerse en las mesas de diálogo buscando solución a los conflictos y manifestó su voluntad de atender esos reclamos, de hacerse presente en la manifestación “aunque a veces tenga que pasar tragos amargos”.

 

Y es que el STAUS sigue considerando insuficientes los ofrecimientos de Rectoría y han desestimado los esfuerzos presupuestales desde el gobierno del estado, para mantener una postura intransigente en la que insisten en demandas que se acercan al doble de lo que se ha negociado con otros sindicatos en el país, incluso con el de académicos en la misma Unison.

 

El gobernador atendió personalmente a la dirigente del STEUS, Lourdes Rojas Armenta mientras aguantaba gritos y rechiflas de quienes exigen incremento salarial y en prestaciones alejados de la realidad presupuestal. No se advierte voluntad por parte de los sindicalistas y así la huelga pinta para largo.

 

En el templete también traga gordo el secretario de Educación, Aarón Grageda Bustamante; el de Gobierno, Adolfo Salazar Razo y el del Trabajo, Francisco Vázquez Valencia; todos ellos universitarios y ahora a cargo de las negociaciones con los sindicatos de esas instituciones.

 

Todavía les faltaría el ‘trago amargo’ del sindicato de trabajadores de la Universidad Estatal de Sonora, también en huelga y que se ensañaron con el rector Armando Moreno Soto, veterano sindicalista universitario hoy representando a la patronal y, de acuerdo con los trabajadores, principal escollo para resolver el conflicto. Moreno Soto no estaba presente, pero hasta donde estaba seguro le llegó la consigna “¡Armando, rector, eres un traidor!”. Las vueltas que da la vida.

 

El contingente del STAUS también se hizo presente, a unos días de haber negociado su emplazamiento a huelga aceptando los ofrecimientos de rectoría, gesto que fue valorado y reconocido tanto por la autoridad universitaria como por la gubernamental, al haber ponderado sobre todo el interés de la comunidad universitaria en general, y estudiantil en particular.

 

Allí su dirigente Cuauhtémoc González leyó un pronunciamiento en el que asumió que la negociación dejó algunas cláusulas irresueltas y demandas insatisfechas, pero que se mantendrán en la lucha. No dejaron ir la oportunidad de corear una consigna, ya para retirarse, que evidentemente tenía un destinatario obvio: “¡Gobierne quien gobierne, los derechos se defienden!”.

 

Y así fueron pasando uno a uno los 24 contingentes, la mayoría de los cuales reconocieron la política laboral del actual gobierno y plantearon las más diversas demandas: vivienda, pensiones, mejores servicios médicos, no al tope salarial, eficiencia en el Isssteson, entre otras.

 

Ahí fue donde aprovechó el gobernador para tomar la palabra y responder las demandas de los trabajadores. “No vengo a llorar en su hombro, pero sí recibimos la administración estatal en ruinas, particularmente el Isssteson”, dijo, y anunció que en breve solicitará un crédito de largo plazo para construir un nuevo hospital que venga a sustituir al viejo hospital Chávez, que ya resulta insuficiente y poco funcional para atender a los derechohabientes.

 

De todo hubo en la marcha, hasta un pequeño contingente de la CNTE portando banderas palestinas y exigiendo alto al genocidio en aquel territorio.

 

II

 

Mientras tanto en el CUM, la CTM convocó a sus huestes que también llegaron por miles. El evento, con más matices políticos porque allí se presentaron los candidatos y candidatas de Morena y sus aliados a diversos cargos de elección popular.

 

Javier Villarreal Gámez, dirigente estatal, y Óscar Ortiz Arvayo, dirigente municipal que hoy participa como candidato siglado por el PT en el distrito local IX mostraron que la vieja central obrera tiene todavía músculo y convocatoria.

 

El evento generó polémica en redes sociales, donde los opositores a Morena lo descalificaron aduciendo que se trató del evento anual de la CTM, al que obligan a ir a sus agremiados y por ello la asistencia no necesariamente se traduciría en votos.

 

Algo hay de razón en eso, pero organizar y movilizar a 10 mil personas no es una tarea sencilla o que cualquiera puede llevar a cabo. Si así fuera, hasta el Partido Sonorense llenaría cualquier estadio. Es decir, la movilización tiene subtextos: no son solo los discursos de los candidatos, también es el mensaje enviado a los adversarios sobre de qué lado está la capacidad para montar una movilización de este tipo que, sin temor a equivocarme ha sido la más nutrida en lo que va de las campañas.

 

Curioso, que panistas y priistas se quejaran del acarreo con el fingido asombro de quien jamás hubiese recurrido a esas prácticas; pero tienen razón en algo: la exhibición del músculo de una concentración multitudinaria no se traduce siempre y bajo cualquier circunstancia, en resultados electorales. Sirve, sí, para la escenografía y la parafernalia que se replicará mil veces a través de todos los medios. Pero si solo eso contara (incluyendo la ingente cantidad de recursos económicos, humanos y materiales) para asegurar resultados electorales, todavía estaría gobernando el PRI.

 

Si los asistentes de ayer al CUM van a votar o no por Morena, eso se verá el próximo dos de junio, pero el escenario fue dispuesto para acuerpar a los candidatos de ese partido, que aprovecharon el foro y dieron rienda suelta a sus pronunciamientos en favor de la clase trabajadora, desde luego.

 

Por allí desfilaron Célida López, candidata al Senado; Diana Karina Barreras y Jacobo Mendoza, candidatos a las diputaciones federales de Hermosillo; Óscar Ortiz Arvayo, candidato a la diputación local por el distrito IX y obviamente la candidata a la alcaldía, María Dolores del Río, que se comprometió a gestionar vivienda digna, a recuperar las guarderías de los centros Hábitat y a mantener las puertas del palacio municipal abiertas.

 

“Estas elecciones se definen entre dos visiones, la del PRI que ha quitado la dignidad a los obreros y los jubilados, y la nuestra, la de la transformación, que pone en el centro a los trabajadores y sus derechos”, dijo en su discurso.

 

Naturalmente, Óscar Ortiz andaba con todo y se sentía como pez en el agua, rodeado de los cetemistas, la organización que dirige a nivel municipal

 

III

 

En el otro frente, el Estadio Fernando Valenzuela fue el escenario para el mitin de Xóchitl Gálvez, la abanderada de la coalición Fuerza y Corazón por México, que llegó a Hermosillo y estuvo bien acuerpada por los candidatos de esa alianza: Manlio Fabio Beltrones al Senado; Antonio Astiazarán a la alcaldía; Ernesto Gándara y Jorge ‘Travieso’ Arce a las diputaciones federales y los candidatos a las diputaciones locales.

 

En su discurso, la hidalguense presumió la encuesta de Massive Caller que ayer difundió que por primera vez Xóchitl Gálvez rebasa en las preferencias electorales a Claudia Sheinbaum.

 

Llamó a no tener miedo y a ayudar a difundir que de llegar a la presidencia, no solo no quitará los programas sociales sino que los mejorará; se comprometió a apoyar a los productores agropecuarios y dijo que lo que está en juego en esta elección es el futuro de la patria.

 

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